Del 20 de octubre al 1 de noviembre de 2004, se realizará la XLVI Vuelta Ciclística a Guatemala. Participan 118 ciclistas integrados en doce equipos chapines y 7 equipos extranjeros.
El miércoles 20 de octubre, LX aniversario de la Revolución del 44, la caravana multicolor saldrá cuando el banderazo de salida se dé frente a la Catedral Metropolitana en la capital más bonita de Centroamérica, Guatemala de la Asunción, con rumbo al caluroso oriente chapín; pasando por Sanarate, Guastatoya, El Rancho, Acasaguastlán, Teculután, Santa Cruz, Estanzuela, hasta llegar a la meta final instalada a un costado del estadio municipal David Alfonso Ordóñez Bardales, antes conocido como Valentín Del Cid.
El jueves 21 de octubre la etapa saldrá de Santa Cruz Zacapa con rumbo al Atlántico, hasta Mayuelas y Río Hondo, retornando para buscar la meta instalada en las proximidades de la Basílica del Cristo Negro de Esquipulas, Chiquimula.
El viernes 22 de octubre retornará la etapa desde Esquipulas hasta Santa Cruz, Zacapa.
El sábado 23 de octubre la cuarta etapa saldrá desde Santa Cruz, Zacapa, hacia la Ciudad Imperial de Carlos V, Cobán cabecera departamental de Alta Verapaz.
El domingo 24 de octubre la quinta etapa partirá desde la Posada del Quetzal hacia la capital guatemalteca.
El lunes 25 habrá una pausa para descansar en la capital y recuperar fuerzas que serán necesarias para el remate de la competencia.
El martes 26, saldrá la sexta etapa del Parque Central capitalino con rumbo sur, pasando por mi Amatitlán Soñado, paraíso de ensueño adorado donde se que mi amor ha dejado recuerdo adorado de una ilusión, Palín, Escuintla, Siquinalá, Sta. Lucía Cotzumalguapa, Cocales, San Antonio Such.,San Bernardino Such., Mazatenango, hasta la calzada de la palmas en la entrada principal de Retalhuleu, la capital del mundo.
El miércoles 27, Día del Artista Nacional, se correrá la denominada etapa reina o máxima; saliendo desde Retalhuleu rumbo a Mazatenango para retornar con paso por San Felipe, San Carlos, Zunil, Cantel y con meta final en Quetzaltenango.
El jueves 28, la octava etapa consistirá en un circuito de 7 vueltas al anillo periférico de la ciudad de los altos, Quetzaltenango, pasando por San Juan Ostuncalco y Palestina de los Altos, para rematar en la meta instalada en el Parque de la tierra de las shecas mas sabrosas del mundo San Pedro Sacatepéquez, San Marcos.
El viernes 29, la vuelta volverá después de muchos años a Huehuetenango, la tierra de los cuchumatanes.
El sábado 30, la décima etapa se correra entre Huehuetenango hasta Sololá.
El domingo 31, el alegre grupo de deportistas saldrá de la tierra del paisaje, Sololá, con rumbo a la capital de Guatemala, pasando por Los Encuentros, Tecpán, Patzicía, Patzún, Sumpango, Chimaltenango, El Tejar, San Bartolome Milpas Altas, San Lucas Sacatepéquez, Mixco y la ciudad de Guatemala.
Finalmente, el lunes 1 de noviembre, con sabor a fiambre y cabecera de dulce de ayote o jocotes en miel, la última etapa será un paseo de campeones por el anillo periférico capitalino.
Venezolanos, colombianos, chilenos, argentinos, mexicanos, salvadoreños, costarricenses, rusos, suizos y polacos se unirán a los guatemaltecos durante doce días, en busca del triunfo máximo en ésta que puede ser considerada una de las mejores competencias del pedalismo americano. Millones de personas saldrán a la orilla de la carretera para presenciar el paso de la serpiente multicolor en su faena deportiva en busca de las metas volantes, los premios de montaña, las escapadas y las metas finales.
Las sonrisas espontáneas y los gritos de júbilo adornarán los rostros de mujers y hombres de todas las edades, de esta gente nuestra tan cercana a Dios y tan lejos de la paz y la felicidad; mientras los ciclistas pasen con el anuncio de las sirenas y las voces emocionadas de los narradores, habrá tiempo para hacer una pausa en la cotidiana faena y en la angustia de sobrevivir cada día. Es la fiesta del pueblo, para la cual no se paga ninguna entrada o boleto de admisión. Es la comunión deportiva que gracias a la magia de los hombres sobre sus caballitos de metal y goma, conquistan la montaña y se adueñan de la velocidad en los planes. Es un regalo divino que apreciamos con mil tonos de verdes, azules, rojos y amarillos por los caminos de mi amada Guatemala.