Son muy famosas a través de Internet las traducciones al buen chapín como las que dicen:
“El guatemalteco no se pone elegante, se pone catrín”
“El guatemalteco no se enoja, se encachimba”
Pero todas las palabras y frases que típicamente utilizamos los guatemaltecos siempre se desarrollan en una conversación un poquito más complicada, como las siguientes que hemos extraído de los comentaristas MEROLICO y LIDIA en el post “Mirá…”
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— MEROLICO: “El vendedor de camioneta” —
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Buenos días tengan todos ustedes damas, caballeros, niños y niñas, señoras y señores, señoritas y no virgencitas, vean ustedes… les vengo a robar un poquitío de su tiempo con este maravilloso remedio de modismos chapines y todo esto al precio no de una choca, ni 15 lenchos sino por la mínima cantidad de cinco len.
Con este producto usté no tendrá ningún síntoma de depre, temblereques, goma, regla, sobadez u azorado, ya que con un cachito de este líquido y un par de grajeas de humor todo desaparecerá en lo que canta un gallo, ¡Sí, así como lo oye!
¡Que no le digan!, ¡Que no le cuenten!, ¡Porque a lo mejor le mienten! Aaaabuelitas de batman que usted verá los resultados al final de mi presentación… buzos caperuzos y no se pasen de garzas, es un producto único fabricado en la Casa Chapinísima ubicada en la Avenida Elena, cerca de la Petapa, sólo echese una untadita detras de las orejas, en los cogollos y las verijas, y verá cómo sus dolemas del corazón se achicopalan. Para las diarreas mentales sirve como un purgante y disipa las varices bien tuanis que ni deja ni marca alguna y cicatriza las baizas si usted anda tishudo ganándose el pan de cada día. Pero fíjense que si lo usan por las mañanas, quita todos los cheles de inmediato, elimina el mal aliento y el golpe de ala y rejuvenece la shola activando el flujo del sistema simpatico o chancle, que contrarresta el estreñimiento responsorial de cada guateque que usted pueda disfrutarlo en compañia de toda la mara que lo rodea. Créanme que si es usado por via interna actua bien si lo flexea cacho por cacho hasta que usted alcanza el extasis del relajamiento… ¡Oigase! No relajero o buscapleitos, coadyuva a la transportación de la sonrisa desde la punta de los cayos hasta la pigmentacion juvenil y le da completa garantia de gozar de sus bretes en mayor escala sin que el cabezón de su chance le dé problemas. Nunca lo use despues de tramar y écheselo siempre con un trago de venadril, cusha, o boj si es posible para que tenga mejor efecto pero póngase alemán si no andara bien soviético después de ingerirlo, si ve que está muy fuerte, favor de reducir la imersión estomacal en un concentrado de mosh que en su defecto si no hay, charle Incaparina, pero no dé su brazo a torcer si tiene solo 13 cereales, todos estos ingredientes contienen la gran maravilla de ser bien caliches en su preparación cutánea e intravenosa.
Recuerde que debe de estar no embarazada despues de 10 meses si no ya es tumor como chibola de tripechoche. Por las tardes debe de enjuagarse y lavarse las jachas bien para quitar el color de alquitrán que le deja el tomárselo en ayunas y todo esto debido a la bilirrubina que se le sube a la cabeza ahí viene la teresa bajandose el calzón y si también come frijolitos pintos, claveles morados, usted caminará 10km a pie con la rola de Fidel Funes, y de plano le faltarán una buenas chancletas como las de Nayo Campero y su marimbón pérez. Bien… con todas estas recomendaciones yo de bolón pinpón me voy para mi chante y a esperar que otro siga la receta del humor al estilo del vendedor del trébol.
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— LIDIA: “Comprando Fruta” —
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Don Casimiro: – Buenas tardes nía Mena –
Nía Mena: – Buenas le dé Dios don Casimiro. –
Don Casimiro: – ¿Le dejo su fruta hoy seño? –
Nía Mena: – Yo digo que tal vez no, Dios se lo paguito –
Don Casimiro: – Mire pues, le dejo bonito jocote –
Nía Mena: – Tal vez mañana si me hace la campaña –
Don Casimiro: – ¿Y será que puedo dejarle recomendado mi canasto un ratito por vida suyita? –
Nía Mena: -Sí don Casimiro, hay déjelo detrás de la puerta, yo le echo un ojito –
Diálogo real entre la mamá de Lidia (QEPD) y el señor que les vendía fruta.
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