¡Hasta una canción tiene este dicho!
Muchos dicen que esta costumbre es puramente guatemalteca y que fuera del país, si vemos a alguien menear su bebida como se menea el atol de elote, reconocemos su nacionalidad.
Algo que es muy cierto es que pocas cosas en este mundo son comparables con visitar una venta callejera donde vemos los grandes peroles de barro tapados con un mantel de cuadritos blancos y rojos, todo al lado de una cubeta plástica con los pocillos en agua con jabón. Estando ahí, muy probablemente pediremos atol de elote con los granitos y comenzaremos el ritual de enfriarlo meneando el atol de elote.
¿Dónde te gustaba probarlo?, ¿Lo probaste alguna vez en el mercado famoso de San Lucas?, ¿Lo acompañabas con una buena tostada de guacamol con salsa o de frijoles con queso de Zacapa?