…Si no sanas hoy, sanarás mañana”
¿Te decía así tu señora madre o tu amorosa abuela cuando te lastimabas por travieso o traviesa? Muchos podemos recordar de las diferentes técnicas para aplacar el dolor de un accidente jugando en algún resbaladero o por correr descontroladamente huyendo mientras jugabas tenta.
Molinillo, hielo en un trapo, lienzos de agua caliente con sal para la desinflamación, enjuagatorios de té de manzanilla, una telita de cebolla sobre una cortada, mantequilla en una quemada, un amoroso beso o incluso, pedirle a Dios porque te mejoraras pronto. Todas esas costumbres aún se conservan en nuestro país y permiten que muchos niños y niñas se sientan mejor de sus “cucos” luego de un buen “trancazo”.
¿Y a ti, cómo te curaban?